Ago. 16, 2017
Sin perder el empeño de aprender algo nuevo, y mucho menos el camino de seguir adelante, Juana Largaespada dedica gran parte de su tiempo, a dar forma, color y textura a un sinfín de figuras en el taller que instaló en el patio de su casa, ubicada en la Zona Siete de Nueva Guinea.
“Pensaba que a mis 60 años de edad, no podía ser emprendedora de un negocio, pero un día fui invitada a una promoción de Ingeniería en Juigalpa, en la cual vi graduarse a un señor mayor de sesenta años, ahí descubrí que la edad no es un obstáculo para que nosotros nos realicemos como emprendedores de un negocio y aprender un oficio”: así relató Juana sus inicios de lo que hoy es su quehacer diario, de la elaboración y comercialización de piñata.
Negocio que emprendió con apropiación de los conocimientos adquiridos del curso de Elaboración de piñatas, que se imparte a través de las Escuelas Municipales de Oficio del Tecnológico Agropecuario de Nueva Guinea.
Miriam Miranda, docente de Juanita, expresó emocionada y admirada de ver cómo evolucionó su alumna, quien en sus inicios no tenía ni idea como formar una figura que llegará a convertirse en una piñata, “la idea es que las personas cada día más aprendan, emprendan y prosperen; Juanita empezó practicando, le hice la idea y le motivé a que entrara al curso y cada día que pasa ella aprende más y hoy se ven sus frutos con cada piñata que saca de venta al mercado”.
La metodología de los cursos y los materiales, son adecuados para los participantes que en un periodo corto de 3 a 6 meses aprenden un oficio, “con los diseños que uno enseña en piñatas, son fáciles de aprender y con un diseño puede hacer infinidades de piñatas, dibujos, figuras como payasos, ositos, pepas. Como maestra, me siento feliz porque ellos cada día están demostrando que están aprendiendo más”, agregó Miranda.
En el catálogo que oferta al público, Juana ofrece diversos diseños y productos de piñatas; cuenta con 180 moldes para distintos personajes, los cuales, se componen de varias etapas, donde usa bases y conos que se hacen por separado, luego los unen y se efectúa el terminado con el papel.
Los materiales que emplea son económicos: periódico, pegamento, papel de catálogo y papel crepé, “cada semana veníamos los sábados de 8 de la mañana hasta las 12, no sabíamos ni como pegar un papel, me dieron la chimbomba y no tenía ni idea que hacer con ella, me explicaron como empapelarla y de ella ir formando osos, payasitos y todo lo que hoy puedo hacer… tantos muñecos que ni conocía”, agrega Juana, entre sonrisas.
En la actualidad, los niños que ven dibujos animados, quieren para su cumpleaños, Día del Niño o cualquier otra celebración, el muñeco de moda, por eso es indispensable estar muy pendientes de lo que está circulando en el mercado infantil, “cuando los clientes me piden un muñeco, tomo mi celular e investigo en internet”, para ejemplificarlo, Juana con mucha elocuencia y ahínco nos comparte su singular historia de la pepa: “la vez que me pidieron una pepa, no tenía idea que figura era esa, la bajé y empecé a formarla”.
Juana dice complacer a su clientela con la figura que le encarguen, adecuándose al presupuesto de la familia para que los reyes del hogar no se queden con el deseo de festejar, sin la alegría que da una buena y bonita piñata, que caracteriza las fiestas infantiles nicaragüenses.
Al recibir su certificado que desde ya le da sus frutos, Juana se muestra contenta: “no importando la edad, religión, política, nos dieron la oportunidad para emprendernos como mujeres y apoderarnos de esto conocimientos y salir adelante en nuestros hogares”.
Como protagonista de la capacitación tecnológica, Juana tiene la firme idea de continuar adelante, hacer uso de los créditos que da el gobierno con el Programa Usura Cero y junto a otras egresadas, hacer una sociedad de mujeres emprendedoras en la elaboración y comercialización de piñatas.
