A los 14 años, Anderson Mojica, estudiaba su octavo grado de secundaria, desde donde se visualizaba como un emprendedor, haciendo nachos para venderlos a sus vecinos y amigos, sin embargo, su sueño era especializarse. Su papá se dedica a las faenas del mar, su oficio de pescador le permitía sacar adelante a sus hijos; mientras que su mamá, comerciante de Masachapa, también aportaba a la economía de la familia.

“La pesca es lo que comúnmente ha sacado adelante a la mayoría de las comunidades aledañas de Masachapa y a sus propios habitantes. Es ahí donde nace mi sueño de ser cocinero”, dice Anderson.

En 2018, cuando se bachillera, varios amigos le recomendaron estudiar en la Escuela Hotel Casa Luxemburgo, un centro de formación técnica, administrado por el Tecnológico Nacional, INATEC.

“Entonces, voy dándome cuenta que cerca de mi comunidad, lo que es Pochomil, contaban con lo que es la Escuela Hotel Casa Luxemburgo, donde ya habían estudiado varios amigos míos y me comentaban que era algo fabuloso, que cuenta con la mejor tecnología, los mejores docentes, es ahí donde decidí venir a matricularme”, recuerda Mojica.

Agrega que, en año y medio de su formación, se enamoró de su carrera, sobre todo de las prácticas extra curriculares, dentro y fuera de la Escuela Hotel, porque considera esa oportunidad como la mejor manera para fortalecer sus capacidades profesionales.

En una de esas prácticas quedó contratado en un negocio y aprovechaba, los fines de semana, para vender en su casa nachos y hamburguesas, dando una sazón distinta.

Sin esperarlo, fue contratado también para ser instructor de las Escuelas Municipales de Oficio, donde compartió sus conocimientos con muchas familias en comunidades de San Rafael del Sur.

“Fui descubriendo nuevas cosas, como era la panadería y la pastelería y fui dándome cuenta que me atraía bastante lo que es ese rubro, ahora domino bastante lo que es la Panadería, la Pastelería y lo que es Cocina Caliente, y al finalizar lo que es montaje de bufet”, narra Anderson.

Reconoce que lo único que invirtió en su formación profesional fue el tiempo y las ganas de estudiar, pues se trasladaba en el recorrido que pone a disposición la Escuela Hotel Casa Luxemburgo para llegar a Pochomil.

Actualmente con 20 años cumplidos, Anderson está viviendo su mejor etapa, gracias a la Revolución y a las políticas de Educación Técnica Gratuita y de Calidad. Su casa fue remodelada, de dos plantas, de manera que se ajustan los últimos detalles para echar andar Los Nachos del Negro, “es por lo que he sido un muchacho popular y me conocen en mi comunidad como El Negro”.

“En los días libres la gente me pedía los nachos. Desde los 14 años vengo pensando en este proyecto, dándole un toque distinto que solo yo le se dar, practico lo que es la innovación”, resaltó.

“Llevo seis meses ahorrando para lo que es abrir mi negocio, en mi casa, siempre manteniendo las medidas de bioseguridad e higiene, me siento bastante agradecido con mi familia, con el Gobierno, con la Escuela Hotel Casa Luxemburgo”, destacó.

Si te gustó esta historia y te sentís motivado en querer construir tu futuro, acércate al Centro Tecnológico más cerca de tu comunidad y haz tu sueño realidad.