“Las mujeres somos valientes, somos luchadoras porque sabemos emprender y alcanzar las metas que nos proponemos"

Mujer-madre que en nuestra Nicaragua es valiente, formidable. Mujer-madre que en nuestra Nicaragua está dedicada a fortalecer los valores de familia y de comunidad; mujer madre que, con el corazón lleno de amor, cada día batalla para llenar de vida los hogares, para que el sentido de la vida vaya generando no sólo mejores condiciones para la batalla, para prosperar, para progresar, sino mejores y más elevados valores en la relación entre nosotros los miembros de una familia."Cra. Rosario Murillo”.

Desde muy joven las mujeres van construyendo su porvenir, pensando siempre en el futuro de sus hijos. Un claro ejemplo es Jazmina Francisca Olivas de 34 años, originaria de San Rafael del Norte – Jinotega, madre soltera de dos hijas (4 y 10 años respectivamente), quién decidió trasladarse a Managua, con el firme propósito de estudiar una carrera técnica y así trabajar y brindarle un futuro mejor a sus hijas.

Jazmina antes de venir a Managua se desempeñaba como Asistente del Hogar, pero el deseo de superación y preparar a sus hijas la llevo a tomar la decisión de estudiar una carrera técnica, decisión que significó separarse de su familia.  Actualmente cursa la carrera de Cocina y Gastronomía, en el Tecnológico de Hotelería y Turismo del INATEC.

La joven madre es una mujer luchadora, que ha salido adelante gracias a su esfuerzo, desde muy pequeña sintió la vocación por la cocina, "todos los días yo me levanto con mucha fuerza y muchas ganas al saber que estoy aportando para mi porvenir y el de mis hijas, para que sean seres de bien y puedan profesionalizarse en este país y no tengan que emigrar como muchos jóvenes “, expresó Jazmina.

Cuando tomó la difícil decisión de venir a estudiar a Managua, la carrera de Cocina y Gastronomía, se vio obligada a dejar a sus dos niñas al cuidado de su mamá, Doña Balbina Mairena una Señora de 70 años, quien con mucho sacrificio y esmero cuida de sus nietas.

Jazmina cuenta que para poder enviarles dinero a sus hijas y solventar sus gastos de estudios, comida, transporte y techo, tiene que salir a lavar y planchar, al culminar sus horas de clases; pero como siempre aprovecha el tiempo, el sábado estudia su último año de secundaria: “Gracias a Dios tengo personas a mi alrededor que de una u otra forma me ayudan, porque no siempre me sale trabajo de lavado y planchado”, afirmó.

Amor de Madre se impone al cáncer

En una de sus acostumbradas citas médicas, recibió la triste noticia de ser portadora de cáncer cérvico uterino, en el que los médicos le explicaron que con el tratamiento podrán combatirlo, puesto que es de tipo benigno. 

Cuando compartió la noticia, recostada en la mesa didáctica de la cocina, el compañerismo no se hizo esperar, las palabras de aliento brindada tanto por sus amigos y profesor le motivo a no regresar a su lugar de origen, ya que según ella al ser portadora de esta difícil enfermedad sus sueños serían truncados.

Compañeros de clases reconocen el esfuerzo y dedicación de esta joven madre que se enfrenta a difíciles situaciones que no hay barreras que le impiden el salir adelante, “ella siempre tiene como meta la superación, su esfuerzo le abrirán muchas puertas; siempre es la primera en venir a clase y la última en irse, es un ejemplo para nosotras porque es una madre dedicada que todo lo logra a pesar de las adversidades” dijo su compañera de clase Armisenda Cáceres Maradiaga.

Sumado a todo este esfuerzo de progreso y lucha contra el cáncer, para ella esto no representa un obstáculo para dejar sus sueños atrás, como emprender su propio negocio de comida y ver a sus hijas felices, dándoles lo mejor que se merecen.