Juigalpa | Gabriela Almanza | 25.06.2025 | 14:05
En el Centro Tecnológico Josefa Toledo de Aguerrí, brilla con luz propia la trayectoria de la maestra Sayra Arelis Amador Barrera, una maestra que durante 15 años ha dedicado su vida a forjar el futuro de la juventud nicaragüense. Con una pasión inquebrantable por la educación técnica, Sayra se ha convertido en un referente para sus estudiantes y colegas, demostrando que la enseñanza es mucho más que transmitir conocimientos: es inspirar, guiar y sembrar oportunidades.
Licenciada en Ciencias de la Computación, Sayra Amador ha sido una pieza fundamental en la formación de nuevas generaciones de profesionales en las carreras de Técnico General en Computación y Técnico Especialista en Diseño Gráfico. Su enfoque pedagógico, que fusiona la rigurosidad técnica con la creatividad, ha convertido sus aulas en espacios de constante descubrimiento.
"Me entusiasma el estudio continuo, las experiencias que se obtienen al fomentar la educación, al fomentar la enseñanza". Para ella, ver el desarrollo de sus alumnos es su mayor recompensa: "Ver cómo los estudiantes pueden desarrollarse, explotar su creatividad, sus conocimientos y aplicarlo en un ámbito laboral y mejorar así su futuro y el de sus familias".
A lo largo de sus 15 años de experiencia, Sayra ha sido testigo y protagonista de la evolución de la educación técnica. Consciente de los desafíos que implican los avances tecnológicos, ha sabido adaptarse con maestría, manteniendo siempre en alto el compromiso con la calidad.
"Vivimos en transformación continua, vivimos en capacitación continua", afirma Sayra, destacando la importancia de la actualización pedagógica. "Tenemos cambios en currículos, tenemos cambios en niveles de competencia, cambios en perfil de carrera y siempre, siempre, trabajamos en pro de la mejora de una educación de calidad y de calidez".
Este compromiso se alinea con la misión del Centro Tecnológico Josefa Toledo de Aguerrí, que por más de 45 años ha ofrecido educación técnica gratuita y de calidad, un lema que Sayra lleva con orgullo: "Mantener siempre el lema en alto de la institución que es brindar una educación gratuita con calidad y calidez".
La satisfacción más profunda de Sayra proviene de ver a sus estudiantes alcanzar sus metas. Con una sonrisa, recuerda los momentos que más la han marcado: "Las experiencias que más nos marcan profundamente es cuando nosotros logramos toparnos con estudiantes que sabemos que iniciaron, por ejemplo, dando sus prácticas profesionales en ciertas instituciones y después ellos vienen y nos dicen: 'Profe, muy alegremente nos dicen, he conseguido un cargo laboral, me he quedado trabajando en la institución X'". Estos logros son el reflejo de su dedicación: "Esas son las cosas que a uno le impactan y le quedan grabando, ver cómo los frutos como docentes se ven reflejados en esos estudiantes que han alcanzado su meta".
Para Sayra, la docencia es una labor noble y trascendental. A quienes inician en este camino, les ofrece un consejo cargado de sabiduría: "Que entiendan que esta es una labor noble, que es una labor trascendental donde no solo nosotros transmitimos conocimiento, sino que inspiramos a los estudiantes, motivamos a los estudiantes y los guiamos en un proceso de enseñanza-aprendizaje". En la educación técnica, donde la práctica es fundamental, subraya: "Los enseñamos que aquí somos 70% práctico y 30% teórico, o sea que las competencias se ven reflejadas en el hacer y en la práctica".
Mirando hacia el futuro, Sayra Amador tiene un deseo claro: "Seguir egresando estudiantes, estudiantes que puedan explotar sus potenciales, estudiantes que sepan que son capaces de cualquier meta que se propongan, que son capaces de alcanzar un trabajo".
Su historia es una de esas que inspiran, que nos recuerdan que detrás de cada técnico formado hay una maestra que creyó, acompañó y sembró futuro.