A 136 kilómetros de la capital se ubica el Centro Tecnológico Olof Palme, en la comunidad Santa Cruz, Estelí, una entidad educativa que administra INATEC. Ahí, en sus cálidas aulas, la docente María Lourdes Rizo Rodríguez, dedica sus mejores momentos en la formación de técnicos profesionales.

En la Primera Etapa de la Revolución, fue seleccionada para viajar a Cuba a estudiar la carrera Forestal. Con 28 años de experiencia impartiendo clases, 23 de ellos dedicados a la educación técnica. Es graduada de Formación Profesional, ha recibido cursos de inglés y lenguaje de señas, se destaca con sus estudiantes en proyectos de INNOVATEC.

Antes de iniciar la entrevista, un estudiante se le acercó con una flor, se la entregó y escuché que le dijo, “para que salga bonita en la entrevista”. Se acomodó en la silla y atentamente comenzó a escuchar las preguntas que le hacía.

“Desde que tengo uso de razón, yo quería trabajar en el campo, yo quería trabajar en lo que tuviera que ver con naturaleza, y en Cuba eso lo aprendí muchísimo, tuve excelentes docentes”, recuerda.

Dice que “el ser docente te tiene que enamorar, usted se tiene que enamorar de la docencia”.

Los años de experiencia sumado a los distintos esfuerzos de fortalecimiento de capacidades que ejecuta el Tecnológico Nacional, marcan la excelencia de la educación técnica, dando como resultado la formación de profesionales técnicos altamente capacitados para el mundo laboral y del emprendimiento.

“Mi paso por INATEC, hasta el día de hoy, ha sido maravilloso, me siento capacitada, fortalecida en muchos ámbitos, he tenido muchas oportunidades, hemos recibido diplomados en Pedagogía, hemos recibido diplomados en Elaboración de Proyectos, hemos sido fortalecidos en el área de inglés”, menciona Lourdes, quien agrega que también aprendió lenguaje de señas.

“Soy una paciente, sobreviviente de lupus, vivo sobreviviendo al lupus, pero no me van a ver llorando, solo cuando algunas veces alguna gravedad, por ahí, que ya, decaigo, pero soy una persona que se esfuerza gracias a mi Dios, que diario me da las fuerzas, y me levanto y no vengo a decirles a mis alumnos vengo muriendo, hoy me duele, todo, todos los días me duelen los huesos, pero vengo con ánimo”, comentó en voz alta.

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María Lourdes tiene 54 años, y su mayor logro, me dice, es formar a jóvenes en esta carrera y hoy son extraordinarios profesionales, otros se convirtieron en empresarios y están aportando al desarrollo económico del país.

En Nicaragua se celebra el 29 de junio, el día del docente, para conmemorar la gesta patriótica de 1855, del Maestro y Héroe Nacional Enmanuel Mongalo y Rubio.